lunes, 10 de diciembre de 2012

Mi religión

A pesar de no ser creyente, creo que la religión salva muchas vidas (ojo! La religión, que no la iglesia). Pero, como perfecta inconformista que soy, no me vale ninguna de las religiones. Y, para curarme en salud, decido tener la mía propia:

Creo en la supervivencia del humanismo de la medicina. Creo en El Principito. Creo en el cine con palomitas y sin acompañantes que consulten el móvil. Creo en las letras de Sabina. Creo en la abundancia de comida como primer paso hacia la felicidad. Creo que todos los días sale el sol, chipirón. Creo en Timón, y algo menos en Pumba. Creo en el olor de mi guitarra. Creo en Rafa Pons. Creo en las paellas y en el marisco, y sobre todo en las paellas con marisco. Creo en el mojito y en la obligada presencia de pipas en toda borrachera. Creo que el brócoli y Justin Bieber están de más en este mundo. Creo en Phoebe Buffay. Creo que ser vegetariano es un sufrimiento innecesario, pero que no saber disfrutar de la verdura es, cuanto menos, un error. Creo en los ataques de risa que impiden respirar. Creo en los libros impresos en papel. Creo en el asombroso parecido entre mi padre y Krusty el payaso. Creo en la bechamel de mi madre. Creo en Christopher Nolan. Creo que los grumitos del Colacao están infravalorados (sí, soy chica-colacao; el Nesquik es un engañabobos). Creo en el Heath Ledger de “El caballero oscuro” y en el Mel Gibson de “Braveheart”. Creo que aprender a tocar un instrumento es una de las mejores formas de invertir el tiempo. Creo en el helado de Stracciatella como terapia quita-penas. Creo en la segunda parte de la dieta del cucurucho. Creo que el Nestea es Nestea, no IceTea. Creo en las personas cuya risa hace más gracia que sus chistes. Creo en Vegeta y en Krilin. Creo que todo capítulo de los Simpsons es aplicable a la vida real. Creo que es mejor pasar de las instrucciones y de los prospectos. Creo en los anuncios de Estrella Damm, a pesar de odiar la cerveza. Creo en Murakami. Creo que la política, tal y como la define la RAE, no existe. Creo en la capacidad de la lluvia de formatear toda cabeza sobre la que cae. Creo en los amigos que, cuando me ven mal, me dicen “¿a quién hay que matar?”. Creo en las sábanas de franela. Creo que hay una diferencia abismal entre levantarse a las 7 o a las 7:30. Creo en la primera rebanada del pan de molde. Creo en los gritos como mejor forma de desahogo. Creo más en el curry que en el orégano. Creo en “la vie en orange”. Creo en la vida según Quino.

Y creo en mi amigo Groucho, porque estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario