Estar estudiando una carrera universitaria es una experiencia continua, conoces a mucha gente nueva, de donde surgen nuevas amistades y relaciones cada año. Pues esta es una de esas historias que empezaron este último curso de carrera, tampoco puedo hablar de la relación en si porque aunque la viví de muy cerca, no es mía. Solo sé que no era nada serio pero pintaba ser algo bastante especial, aunque en estas últimas semanas de examenes la cosa se había enfriado.
Ayer, cuando salíamos de uno de los examenes finales, el chico en cuestión se puso a despedirse muy ''emotivamente'' de todos nosotros, resulta que era su último examen en la carrera, que ya no volvía más, el era de fuera.
La despedida que tuvo con ella no fue muy diferente a la nuestra, cuídate y espero q nos volvamos a ver algún día. De regreso a casa no se me quitaba eso de la cabeza.
Es triste despedirse de alguien, pero más triste es despedirse de alguien que sabes que nunca vas a volver a ver. Porque la carrera aunque no lo queramos, es otra etapa más de nuestra vida que también acaba.
domingo, 1 de julio de 2012
sábado, 23 de junio de 2012
Día de la crisis de tercero, será eso.
Ayer sentí que no puedo más, que no sirvo, que esta carrera puede conmigo y que ni toda la fuerza de voluntad del mundo puede ayudarme a seguir.
He pensado que es necesario ser capaz de distinguir cuándo se lucha por una causa perdida.
Pero, a veces, incluso las personas más independientes, tan solo necesitamos un empujoncito. Con eso nos basta para seguir siendo quienes somos, para creer que somos un pozo sin fondo de grandezas que enseñar.
Dudo que mi expediente pueda demostrar cuántas son mis ganas de hacer medicina, ni siquiera yo misma sé las ganas que tengo; pero lo que sí sé es que soy voluntaria de un centro de discapacitados mentales, hago lo imposible por pisar un hospital, flipo cuando veo un corazón de cerdo, sueño con ir a África a cambiar el mundo y me encanta curarle la rodilla a mi hermanillo.
Puede que ni siquiera todos estos hobbies míos puedan demostrar al mundo que estoy hecha para esto, pero a mí, me bastan.
He pensado que es necesario ser capaz de distinguir cuándo se lucha por una causa perdida.
Pero, a veces, incluso las personas más independientes, tan solo necesitamos un empujoncito. Con eso nos basta para seguir siendo quienes somos, para creer que somos un pozo sin fondo de grandezas que enseñar.
Dudo que mi expediente pueda demostrar cuántas son mis ganas de hacer medicina, ni siquiera yo misma sé las ganas que tengo; pero lo que sí sé es que soy voluntaria de un centro de discapacitados mentales, hago lo imposible por pisar un hospital, flipo cuando veo un corazón de cerdo, sueño con ir a África a cambiar el mundo y me encanta curarle la rodilla a mi hermanillo.
Puede que ni siquiera todos estos hobbies míos puedan demostrar al mundo que estoy hecha para esto, pero a mí, me bastan.
lunes, 18 de junio de 2012
Cuatro ojos cerrados ven más que dos abiertos.
Has de saber que yo no enti...
Se fue la luz y no quisi...
En la oscuridad saldrán las du...
Pero está bien palpar los vic...
Si logras andar a ciegas re...
Confía en mí, que no te dej...
Al encender, el uno ser...
Acaba tú mis frases.
http://www.youtube.com/watch?v=inbIaqmgvQU
... endo quién apagó,
... mos dar al botón
... das a relucir
... ios del corazón
... correrás más
... aré tropezar
... el mapa del otro
Se fue la luz y no quisi...
En la oscuridad saldrán las du...
Pero está bien palpar los vic...
Si logras andar a ciegas re...
Confía en mí, que no te dej...
Al encender, el uno ser...
Acaba tú mis frases.
http://www.youtube.com/watch?v=inbIaqmgvQU
... endo quién apagó,
... mos dar al botón
... das a relucir
... ios del corazón
... correrás más
... aré tropezar
... el mapa del otro
sábado, 9 de junio de 2012
La vida según Quino
<< Pienso que la forma en que la vida fluye esta mal. Debería ser al revés: uno debería morir primero, para salir de eso de una vez. Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo para estar ahí. Entonces empiezas a trabajar y trabajas por cuarenta años, hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación. Luego fiestas, fiestas negras, parrandeadas, drogas, alcohol, diversión, novias, novios, todo, hasta que estas listo para entrar a la secundaria… Después pasas a la primaria, y eres un niño que se la pasa jugando sin responsabilidades de ningún tipo… Luego pasas a ser un bebé, y vas de nuevo al vientre materno, y ahí pasas los mejores y últimos 9 meses de tu vida flotando en un líquido amniótico y tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo… >>
¡¡¡ESO SI QUE ES VIDA!!!
¡¡¡ESO SI QUE ES VIDA!!!
sábado, 2 de junio de 2012
Marwan
<< A veces, no es que el mundo sea triste, sino que son mis ojos que albergan la tristeza con que lo miro y empapan todas las cosas que me rodean. Y entonces veo la tristeza de mi madre, la tristeza de mi padre, la tristeza de las sábanas intactas, la tristeza de los libros de los amantes separados que olvidaron en sus antiguas casas, la tristeza de los políticos que soñaban con cambiar el mundo y al final se lo quedaron, la tristeza de las familias numerosas que solo tienen para un plato y para las que tomar postre es un acontecimiento, la tristeza de los ríos que se secan, incluso la tristeza de haberte por fin superado.
Yo sé que la melancolía me pertenece y que quizá ni mi padre, ni mi madre, ni las sábanas intactas, ni los libros olvidados, ni los políticos vendidos, ni las familias numerosas, ni los ríos secos, se den cuenta de ningún tipo de tristeza y vivan sus cosas como algo totalmente común. Pero lo que tengo claro es que superar lo nuestro es la cosa más triste que le ha pasado al amor en toda su vida... >>
miércoles, 2 de mayo de 2012
Despedidas.. o no.
Duele no darse cuenta de que un beso es el último hasta después de darlo. Piensas que ojalá lo hubieras sabido para aprovecharlo, saborearlo, retenerlo. O eso pensaba yo.
Pero ahora creo que si hubiera sabido que aquel beso, el que te di rápido junto a un semáforo, casi sin pensar, como si fuera a convertirse en algo cotidiano… si hubiera sabido que aquel beso iba a ser el último, no lo habría aprovechado, ni saboreado. Quizás sí lo hubiese retenido mejor, pero también lo habría sufrido más, y no creo que eso sea algo que deba guardarse en la memoria.
Incluso, puede que no hubiese querido dártelo, con tal de no sentir la necesidad de parar el tiempo mientras lo hiciera, ni la impotencia al tener que despegarme de ti.
Me duele no haber tenido la oportunidad de darte un último beso de despedida, pero dudo que dar besos de despedida sea uno de mis fuertes.
Y supongo que es más fácil perdonarse a una misma por ser una ignorante durante un último beso, que perdonarse por ser consciente y no disfrutarlo.
Pero ahora creo que si hubiera sabido que aquel beso, el que te di rápido junto a un semáforo, casi sin pensar, como si fuera a convertirse en algo cotidiano… si hubiera sabido que aquel beso iba a ser el último, no lo habría aprovechado, ni saboreado. Quizás sí lo hubiese retenido mejor, pero también lo habría sufrido más, y no creo que eso sea algo que deba guardarse en la memoria.
Incluso, puede que no hubiese querido dártelo, con tal de no sentir la necesidad de parar el tiempo mientras lo hiciera, ni la impotencia al tener que despegarme de ti.
Me duele no haber tenido la oportunidad de darte un último beso de despedida, pero dudo que dar besos de despedida sea uno de mis fuertes.
Y supongo que es más fácil perdonarse a una misma por ser una ignorante durante un último beso, que perdonarse por ser consciente y no disfrutarlo.
lunes, 12 de marzo de 2012
Verdades en boca de Benjamín Prado
XI
Mi amor, este poema
es para que lo leas cuando no esté a tu lado,
cuando no pueda ya cuidar de ti.
No te conformes nunca con alguien que no piense
que tu eres una llama más antigua que el fuego,
que tú eres su razón para vivir.
Aprende a no querer a los que no te quieran
y elige bien a qué le tendrás miedo:
no habrá sombra que oculte lo que tú temas ver.
Escapa del que piense
que el aire es la pared de lo invisible
y huye de aquel que crea
que es más feliz quien menos necesita,
porque ése no podría necesitarte a ti.
No te rindas, no olvides jamás que la tristeza
sólo es la burocracia del dolor.
Y si sientes que el mundo se derrumba,
no intentes abrazarte
a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,
como yo hice contigo.
Algún día
tendrás que despertarte para salvar tus sueños.
Algún día sabrás que en las promesas
hay siempre un cristal roto
en el que aúlla el viento frío de la mentira.
Recuerda todo eso.
No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,
como aquellos
que por guardar tan bien lo que más les importa,
lo pierden para siempre.
Recuerda que no hay nada que no pueda
ocurrir cualquier día.
No olvides que esta obra ha terminado.
No olvides que le hablas a un teatro vacío.
Mi amor, este poema
es para que lo leas cuando no esté a tu lado,
cuando no pueda ya cuidar de ti.
No te conformes nunca con alguien que no piense
que tu eres una llama más antigua que el fuego,
que tú eres su razón para vivir.
Aprende a no querer a los que no te quieran
y elige bien a qué le tendrás miedo:
no habrá sombra que oculte lo que tú temas ver.
Escapa del que piense
que el aire es la pared de lo invisible
y huye de aquel que crea
que es más feliz quien menos necesita,
porque ése no podría necesitarte a ti.
No te rindas, no olvides jamás que la tristeza
sólo es la burocracia del dolor.
Y si sientes que el mundo se derrumba,
no intentes abrazarte
a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,
como yo hice contigo.
Algún día
tendrás que despertarte para salvar tus sueños.
Algún día sabrás que en las promesas
hay siempre un cristal roto
en el que aúlla el viento frío de la mentira.
Recuerda todo eso.
No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,
como aquellos
que por guardar tan bien lo que más les importa,
lo pierden para siempre.
Recuerda que no hay nada que no pueda
ocurrir cualquier día.
No olvides que esta obra ha terminado.
No olvides que le hablas a un teatro vacío.
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